“Esto se va a caer y habrá muchos muertos”

Por Augusto César San Martín

El peligro que entraña vivir en el antiguo hotel ¨Canada Dry¨, convertido por la revolución en viviendas para paliar el déficit habitacional, no deja conciliar el sueño a sus ocupantes. Sienten temor de amanecer enterrados por los escombros.

Así lo dejó saber el grupo de vecinos que se reunió con Cubanet.

El inmueble de cuatro pisos ubicado en la calle Villegas No. 5, esquina Tejadillo, Habana Vieja, desde el 2008 está clasificado por las autoridades de ¨estática milagrosa¨. Los inquilinos son más precisos, lo catalogan como sepultura.

Según el dictamen técnico realizado para este reportaje por el arquitecto Vladimir Calderón Frías, la edificación del 1913 posee una inclinación en su fachada del 5% hacia la calle Tejadillo. El diagnóstico del especialista sobre el estado de conservación expresa:

¨Edificio en mal estado, que presenta locaciones derruidas parcial y totalmente, en algunos casos (último nivel azotea), en otros con peligro inminente de derrumbe y riesgo para la vida de los ocupantes. Asentamientos estructurales graves con fisuras diagonales pronunciadas y pandeos de hasta aproximadamente 2.5% en elementos horizontales (losas entrepisos y cubierta).”

El edificio fue declarado inhabitable y reparable en 1970. En 1985 fue registrado de irreparable, y en 1990 el gobierno local oficializó los expedientes para albergar a todos los núcleos familiares del edificio.

El registro de control poblacional de Comité de Defensa de la Revolución (CDR) del edificio relaciona 47 habitaciones con un aproximado de 6 persona por cada familia. Según el control se registran 21 niños, 2 mujeres embarazadas y un impedido físico.

Silvia Pérez vive en uno de los cuartos. ¨Desde 1990 estoy albergada aquí y nada¨, declara y añade que la única acción de las autoridades en el edificio es el apuntalamiento con madera, “parche” que en la actualidad no es efectivo.

¨Aquí hay muros que tienen orden de demolición desde hace tres años, y ahí están, en cualquier momento nos caen encima¨, añadió.

Ofrecimiento oficial

Las autoridades de la Dirección Municipal de la Vivienda ofrecieron una solución para los residentes en el área de mayor deterioro del inmueble, la azotea: albergarlos en una escuela o un local de tránsito. Los afectados se negaron.

Yusley Vicente, explicó la causa por la que rechazaron la oferta gubernamental.

¨Hay viviendas, las están vendiendo… Usted camina para La Habana y están haciendo casas, camina para La Lisa y están haciendo casas… ¿Dónde están?… Nosotros no somos del Ministerio del Interior MININT porque no tenemos acceso, porque si no también nos metemos ahí, nos dan casa y después nos vamos¨.

Joan Manuel Licca, Maria Elena, Armando González Cancio, Yusley Vicente y el resto de los vecinos que se reunieron con Cubanet, recuerdan que fueron víctimas de la malversación de los dirigentes locales de turno.

Armando residente en el segundo piso afirmó que José Almenares, quien fue presidente del Consejo de Administración Municipal (CAM), vendió veintiún apartamentos asignados para evacuar parte del edificio.

La esperanza en el turismo extranjero

Villegas No. 5 está enclavado en un entorno que le proporciona importancia. Además de su valor arquitectónico, ya irrecuperable, el antiguo hotel se encuentra en una zona preferencial del turismo extranjero y está rodeado por edificaciones relevantes, como es el caso del Palacio Presidencial y el Museo de Bellas Artes.

Esta característica le otorga un valor patrimonial que le atribuye el Grado de Protección Nº 3, desde el punto de vista urbano y arquitectónico que otorgan las autoridades cubanas.

Pero nada de esto conmueve a los que tienen la solución en sus manos para evacuar la ciudadela que amenaza la vida de sus ocupantes, o para ejecutar simples medidas de demolición de muros, antes de que la gravedad los atraiga.

La pasada semana una brigada de demolición llevo a cabo una intervención mal ejecutada en la azotea y aumentó la inestabilidad estructural del último piso.

El dictamen técnico de arquitecto Vladimir Calderón recoge el daño:

¨Aparición de fisuras en varias secciones; así como un cuadro de peligro inminente de derrumbe de elementos de pretil (balaustres) y muros de pretil¨.

Joan Manuel Licca declaró que para evitar la incorrecta demolición, los vecinos salieron a la calle para llamar la atención mediante la manifestación pública.

¨Cuando salimos a la calle a protestar por la demolición arbitraria de un muro, enseguida llegó la policía para poner multas por desorden público. Eso es porque hay muchos extranjeros¨.

Los residentes de Villegas No.5 o ¨Canada Dry¨ forman parte de la interminable lista de pendientes del gobierno cubano para responder a un déficit habitacional sin solución aparente.

Quizás este reportaje promueva la demolición de uno de los muros que dejan caer pedazos o el ajuste de los puntales de madera que ya no sostienen los pasillos. Las víctimas continuarán, son cubanos de a pie, a quienes les corresponden enfrentar las consecuencias de la política destructiva del patrimonio urbanístico.

Fuente Cubanet

 

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