Por Waldo Acebo Meireles
Con la última aserción del Papa Francisco, finalizando la reunión con el Patriarca Kiril en La Habana, pone en duda, una vez más, la supuesta infalibilidad papal; decir que, mientras miraba directamente al dictador en jefe: “Si siguen así Cuba será la capital de la unidad” [SIC] ¡Le ronca la carabina!
Hablar de unidad en un país totalmente desunido, donde más del 20% de la población ha huido del oprobioso régimen que coarta las libertades y mantiene a la población bajo un sistema inviable, caduco y fracasado a escala universal. Hablar de unidad donde mientras los miembros de la iglesia evangélica Movimiento Apostólico, que también son cristianos como los ortodoxos rusos y los cristianos en el Medio Oriente, veían sus templos asaltados y derruidos, es, por decir lo menos una muestra de total desdén hacia el pueblo cubano.
Desgraciadamente, no podemos decir otra cosa, nos ha ido muy mal con este Papa, si bien sus antecesores no fueron muy proactivos con el tema cubano, no mostraron o evidenciaron [no hablamos del episcopado local que
ese cojea de otra pata] ninguna afinidad hacia la dictadura castrista, pero este sí, lo hace y de continuo, incluso dejándole sus saludos y buenos deseos al otoñal patriarca. Cosas veredes…
Es cierto que la reunión de los dos máximos obispos de las iglesias desunidas por casi mil años es un hito histórico, no lo discutimos, lo que resulta sospechoso es el celestinaje oculto tras bambalinas; primero Francisco abrió rutas para los contactos entre los gobierno de Cuba y los EE.UU., ahora el ateo y tenaz persecutor de cristianos el dictador cubano hace lo mismo reuniéndose con el Patriarca ruso, ‘cumbila’ del ‘padrecito zar’ Putin I propiciando así esta insólita reunión caribeña.
Lo triste del todo este asunto es la doble moral, a la que tanto nos hemos acostumbrados los cubanos, el Papa ni de pasada menciona los sufrimientos de la feligresía católica en Cuba y en México hablará una vez más de derechos humanos y sus violaciones, de corrupciones, de cárceles atestadas y de lo que mejor le venga en ganas. Ya esa hipocresía la disfrutamos cuando en Cuba ni tan siquiera pretendió reunirse con el más inocuo disidente y a las pocas horas se reunió con la única disidente norteamericana que le pudieron encontrar, que ni siquiera era católica, la inefable Clerk de Rowan County.
Nada bien nos ha ido a los cubanos con este novísimo Vicario de Cristo, esperemos, sin desearle mal a nadie, que con el próximo nos vaya aunque sea un poquito mejor. Amén
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