Los numeritos de Marco Rubio

Por Waldo Acebo Meireles

El senador Marco Rubio ha reiniciado su acometida contra la Ley de Ajuste Cubano ahora apelando al bolsillo de los contribuyentes norteamericanos, lo cual sin lugar a dudas es una estrategia correcta, si los números que expone fueran correctos; ha dado dos versiones, en una señaló que Estados Unidos gastó $680 millones en 2014 en beneficios para los inmigrantes cubanos, en la otra afirmó que la modificación legislativa de la Ley de Ajuste Cubano supondría un ahorro de 2.500 millones de dólares en diez años a las arcas de EEUU., es decir $250 millones por año y no los $680 millones que él dice que se gastaron en 2014.

¿Qué hay de cierto en estos datos? Veamos: En el año fiscal 2014 (de octubre de 2013 a septiembre de 2014) entraron al país 24,278 cubanos. De lo cual resulta que se gastó $ 28,008.90 por cada ‘balsero’, según los numeritos de Rubio, cuánto realmente se gastó:

La ayuda es desembolsada a través del Departamento de Niños y Familias y la oficina del Seguro Social (SSA).

· $194 mensuales durante tres meses, renovable a seis

· $170 mensuales en sellos de alimentos durante tres meses, renovable a seis

· $6,500 aproximadamente por seguro médico y dental entre 6-10 meses para adultos

Considerando que en todos los casos la ayuda se extendió a los seis meses máximo y que todos recurrieron al seguro médico y dental durante los diez meses, eso daría como resultado que el gasto fue de $ 8,684.00 por persona para un total en ese año del 2014 de $210, 830,152.00.

¿Es mucho, es poco? No es mucho si consideramos que esos cubanos que llegaron a los EE.UU. no le costaron a este país ni un solo centavo en su formación, ya sea como obreros, técnicos o profesionales, que en su inmensa mayoría son adultos en edad laboral y en condiciones físicas y mentales adecuadas y con una voluntad demostrada al atravesar las selvas o los mares con tal de encontrar un lugar donde desarrollar su potencial humano. No es poco si con ello pueden continuar el camino que comenzaron llenos de esperanzas en una patria gobernada por un atajo de facinerosos que les negó los más elementales derechos.

Que algunos de ellos retornen a Cuba a ‘especular’ lo entiendo [aunque no lo apruebe] es lógico en seres que vivieron subyugados, aplastados, discriminados, y que generaron en su intimidad un deseo irreprimible de superar esa humillante condición y mostrarles a sus coterráneos su verdadera valía, ellos no fueron, en sentido recto, perseguidos políticos, fueron perseguidos por una política que eran incapaces de modificar, y su única opción fue escapar, ¿qué preso no sueña día a día con escapar y gozar de libertad?

Por otra parte cuánto es el porcentaje de esos que regresan al año y un día, es un supuesto; cuántos son los que se van a residir a Cuba sobre la base de su retiro o cuántas las personas mayores de 65 años que pueden acceder a $730 de Ayuda Suplementaria (SSI) tras obtener la residencia legal y cuyos beneficios cubren los primeros siete años de estancia en suelo americano, salvo que se hagan ciudadanos.

Sí, es cierto que una treintena o más de tránsfugas, después de defraudar a un Medicare negligente y perezoso, escapan a la justicia y se marchan a Cuba u otros países, pero cuántos médicos, enfermeras, dentistas, etc., trabajan noblemente en este país después de revalidar sus títulos con mucho tesón y sacrificios.

Los numeritos de Rubio no recogen esas realidades que en la balanza pesan más que sus interesados argumentos políticos.

Foto: EFE / Gastón de Cardenas

Acerca del autor

Waldo Acebo Meireles
(La Habana, 23 de noviembre de 1943 - Hialeah, 23 de abril de 2022). Profesor de Historia, recibió la Orden Félix Varela por sus aportes a la enseñanza de la Historia de Cuba al introducir en la misma la enseñanza de la Historia Local. Es autor del manual para los maestros y profesores de las vías de vinculación de las historias locales a la enseñanza de la historia nacional. Contribuyó a la redacción de los textos de Historia para la enseñanza media. Como asesor del Instituto de Geodesia y Cartografía redactó el Atlas de Historia Antigua y Medieval. Autor de la Historia del Municipio de Arroyo Naranjo. Presidió la Comisión de Historia de la Provincia Habana. Fungió como vicepresidente de la Unión de Historiadores de Cuba. Como profesor invitado del Instituto Pedagógico para América Latina impartió cursos de post-grado y maestría. Hasta su fallecimiento trabajó en la investigación de la historia de Hialeah donde residió desde su llegada a los EE.UU.

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