Waldo Acebo Meireles

La otra Hialeah está mucho más cerca, es un barrio humilde de Managua, la capital de Nicaragua. Y aunque la mayoría de los pobladores de esa comunidad ignoran a qué se debe su nombre, algunos fundadores comentan que fue una ocurrencia que propuso alguien que una vez viajó a Hialeah del Condado de Miami Dade.

Pero a decir verdad, entre esa ciudad y el capitalino barrio Hialeah, la similitud no pasa más allá del nombre. El barrio tiene poco más de 20 años de existencia y está poblado por unas 9,000 personas. La falta de los servicios básicos, la marginación social, el desempleo y la falta de oportunidades convirtieron este barrio marginal en una de las zonas más precarias de Managua, donde la delincuencia se concentra.

Pero no todos sus habitantes han cogido el camino más fácil para ganarse el sustento diario, muchos optan por el trabajo honrado y se dedican a las más disímiles ocupaciones incluyendo la venta de alimentos como frijoles y fritangas.

Entre las demandas de la población de este Hialeah esta la construcción de calles y la de muros de contención para el río que los circunda que se desborda en la época de lluvia, amenazando con la inundación y la destrucción de las precarias viviendas.