Réquiem por Ginsburg

Ruth Bader Ginsburg. Foto: Reuters

Ruth Bader Ginsburg fue nominada a la Corte Suprema por el Presidente Bill Clinton en 1993. Su nominación respondía a una larga ejecutoria jurídica en la que la defensa de los derechos de las mujeres tenía un papel fundamental. Su desempeño durante más de 30 años en la Corte Suprema cimentó su icónica posición defensora de esos derechos. Las siguientes dos citas reflejan claramente su pensamiento:

«Las mujeres habrán alcanzado la verdadera igualdad cuando los hombres compartan con ellas la responsabilidad de criar a la próxima generación».[i]

“Les digo a los estudiantes de derecho si vas a ser abogado y simplemente ejercerás tu profesión, tienes una habilidad, muy parecida a un plomero. Pero si quieres ser un verdadero profesional, harás algo fuera de ti mismo algo que haga la vida un poco mejor para las personas menos afortunadas que tú “.[ii]

Su vida fue productiva y su fallecimiento, desgraciadamente, va a dejar consecuencias sísmicas en un país ya profundamente dividido y en el que no se avizoran fórmulas de saneamiento más bien todo lo contrario.

Cuando el Presidente Trump conocedor de que Ruth Ginsburg estaba en su lecho de muerte no tuvo la gentileza, o el pudor, de no hacer pública su relación de candidatos a una posición que aún sostenía en sus moribundas manos la Ginsburg, su carencia de empatía y de ética no es algo nuevo.

No suficiente el que se comporta más bien como un subalterno de la presidencia y no como quien preside al Senado echó atrás su ejecutoria cuando le negó a Obama el derecho de nominar a un candidato a la Corte Suprema, ya que estábamos en año de elecciones y sólo faltaban ocho meses para las mismas.

Ahora solo faltan unos 40 días y no cree que sea correcto el dejar vacante por tanto tiempo esa posición. Genial, muy de acuerdo con la hipocresía de individuos como él, nada extraordinario entre políticos de todas las gamas.

Los deseos de la Ginsburg, expresados a su nieta Clara Spera, y que podemos decir que es su testamento político:

“Mi deseo más ferviente es que no seré reemplazada hasta que se instale un nuevo presidente”[iii]

Difícilmente sus deseos se verán cumplidos ya el Presidente de los EE.UU. y su subalterno a cargo del Senado decidieron en contra de esto.

Y las consecuencias de ello se verán si ocurre, y puede ocurrir perfectamente, que los resultados de las elecciones sean tan apretados, en cuanto al voto colegiado ya que el popular no cuenta, como ocurrió ya en el 2000 y sea el Tribunal Supremo en quien caiga decidir quién ganó la presidencia.

La decisión del 2000 llevó, final y no necesariamente, a una guerra injustificada con Irak, ojalá que la situación actual no lleve a este país a una situación similar y el réquiem no sea solo por Ruth B. Ginsburg.


[i] «Women will have achieved true equality when men share with them the responsibility of bringing up the next generation.» (2001)

[ii] «I tell law students if you are going to be a lawyer and just practice your profession, you have a skill, very much like a plumber. But if you want to be a true professional, you will do something outside yourself… something that makes life a little better for people less fortunate than you.» (2012)

[iii] «my most fervent wish is that I will not be replaced until a new president is installed»

Acerca del autor

Waldo Acebo Meireles
(La Habana, 23 de noviembre de 1943 - Hialeah, 23 de abril de 2022). Profesor de Historia, recibió la Orden Félix Varela por sus aportes a la enseñanza de la Historia de Cuba al introducir en la misma la enseñanza de la Historia Local. Es autor del manual para los maestros y profesores de las vías de vinculación de las historias locales a la enseñanza de la historia nacional. Contribuyó a la redacción de los textos de Historia para la enseñanza media. Como asesor del Instituto de Geodesia y Cartografía redactó el Atlas de Historia Antigua y Medieval. Autor de la Historia del Municipio de Arroyo Naranjo. Presidió la Comisión de Historia de la Provincia Habana. Fungió como vicepresidente de la Unión de Historiadores de Cuba. Como profesor invitado del Instituto Pedagógico para América Latina impartió cursos de post-grado y maestría. Hasta su fallecimiento trabajó en la investigación de la historia de Hialeah donde residió desde su llegada a los EE.UU.

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